Caminar por pasillos oscuros de mi alma resalta la luz que no alcanzo aún a sentir renovada apariencia desarma mi vivir, travesía monótona de silencio y calma.
Interrogantes permanecen en el formato destino inigualable sosiega mi arrebato; es la tristeza que cubre con su manto es la lágrima que permite este llanto.
Espejo irreversible de mis horas temidas retratando corazas herméticas sin brillo jalando las telarañas de raídos pestillos fugaz es la existencia de muecas vencidas.
Dintel testigo de mi cabecear entre suspiros de mi mirada lejana reflejando mis retiros; plana empalizada que confirma mis temores infinita desidia tapiza la alfombra de amores.
Consuelo permanente persigue mi existencia borrar la faz intensa y toda interrogante interna; abrazar el futuro con rasgos de complacencia y convertir en exquisita miel la amargura eterna.